martes, 8 de noviembre de 2011

proyecto XV

Hoy el día amaneció nublado, de esos días en los que no se sabe si va a caer la tormenta del siglo o si por el contrario el viento se llevará las nubes y dejará paso al sol, un típico día de otoño. La niña que quería soñar estaba sentada en la mesa donde en otras ocasiones desplegaba su puzle, aunque esta vez tenía delante una libreta de cuadros azul. ¿Qué se trae entre manos esta vez? El niño pasa por allí con algo en las manos y lo deja sobre la mesa. Tarta de chocolate. A la esponja amarilla se le salen los ojos y se relame de gusto pensando en hincarle el diente a la tarta. Cuando se dispone a hacerlo ve a la niña y se pregunta cómo puede ser que no esté lanzándose a por la tarta ella también. Se detiene en seco y se gira para intentar ver lo que mantiene tan ocupada a la niña. La niña apenas levanta la vista de su libreta, escribe y escribe sin parar, tiene cara de concentrada, aunque a veces divague con la mirada en busca de palabras. A la esponja amarilla no le da tiempo a moverse en dirección a la tarta cuando la niña se levanta de la silla y se va. Esto desconcierta aún más a la pobre esponja pero deja al descubierto una bonita libreta de cuadros azul en la que la niña ha estado escribiendo. Una pregunta pasa a gran velocidad por su mente, ¿debe leer lo que la niña a escrito en ella? la respuesta llega aún más rápido que la pregunta, si la niña no hubiese querido que lo leyera no habría dejado la libreta encima de la mesa, así que con las mismas se sienta en el sitio donde estaba la niña y comienza a leer.

"DÍA 1.- Una tarde de verano en un barco pirata. Yo un simple polizón escondido en una barrica de manzanas. Menos mal que no es de ron, sino hubiera tenido que beberme todo el ron para poder respirar y a estas alturas seguramente ya me habrían descubierto. Observo en silencio todo lo que pasa a mi alrededor. En las últimas ocho horas el barco anda revolucionado, creo que hemos llegado a una playa y vamos a buscar provisiones o por lo menos ya me gustaría, mi dieta de manzanas me tiene el estómago algo tocado. La tripulación va de un lado para otro, sin parar, sin descanso. Anoche se reunieron todos al rededor de una barrica de ron y no dejaron de reír y brindar. Algo grande se acerca. Como me gustaría poder participar, pero desgraciadamente si salgo de mi escondite quizá me tiren al agua o me dejen a mi suerte en esta playa. Aunque si no salgo pronto de aquí además del estómago voy a perder la poca cordura que me queda.

DÍA 2.- El revuelo sigue en el barco. Hoy casi estuve tentado de salir a la aventura pero me detuvo el miedo por ser descubierto, el no saber qué harían conmigo si alguien supiera que estoy aquí escondido. La cubierta del barco parece un hormiguero, todos trabajan sin cesar caminando de un lado para el otro, a veces en silencio, a veces a voces, a veces una simple mirada basta para saber lo que hay que hacer. Yo les observo desde mi escondite. Algo grande se acerca aunque todavía no he descubierto que es.

DÍA 3.- Ya casi no quedan manzanas en mi escondite. Voy a tener que salir antes de lo previsto si no quiero morir de hambre. Todavía no se ha producido el desembarco, de hecho, estoy perdiendo esperanzas de que se llegue a producir algún día, aunque la actividad no cesa.

DÍA 5.- Apenas quedan manzanas en mi barrica. Apenas tengo fuerzas para escribir mi historia. Apenas me queda cordura para relacionar los acontecimientos. Han estado a punto de descubrirme. El miedo se apoderó de mí de la forma más irracional que existe. El miedo se volvió pánico ante lo desconocido. El miedo a perder la vida se unió al miedo de padecer la más dolorosa de las muertes. En una fracción de segundo pasaron por mi mente demasiadas formas de morir cada una de ellas peor que la anterior, quizá sea porque haya visto demasiadas películas de piratas o quizá sea porque mi alimentación a base de manzanas me haya perjudicado demasiado. Esto a trastornado mi ciclo del sueño, ha crispado mis nervios, me mantengo siempre alerta, siempre a la espera de lo peor, de lo desconocido.

DÍA 7.- Hoy he consumido mi último recurso, la última manzana ha desaparecido entre mis dientes y por el sonido de mi estómago la ha digerido antes de que lo llenara. Espero poder aguantar un poco más de tiempo antes de morir. Tengo claro que ese va a ser mi fin ya sea por hambre ya sea a manos de los piratas. Llegado el momento espero tomar la decisión adecuada. 

DÍA 10.- Las fuerzas me están abandonando poco a poco. Continúo en un estado de alerta continuo, me estoy consumiendo. Pierdo el conocimiento a ratos. Pequeños momentos de lucidez entre este mar de agonía. Me acuerdo de ti, de lo mucho que me hubiera gustado poder despedirme de ti, de lo que te hubiera dicho, las cosas pasaron demasiado rápido, cuando me quise dar cuenta estaba en una barrica de manzanas rumbo a lo desconocido. Tú nunca hubieras aprobado mi partida, eras más calculador que yo, pero calcular no implica riesgo ni aventuras que era lo que a mí me gustaba. Ahora te echo de menos, no sabes cuánto, ojalá me hubiera despedido de ti, por lo menos ahora mi conciencia estaría tranquila. 

DÍA 12.- Cierro los ojos y parece que estás aquí, a mi lado, jugando a vivir, apostándonos las sonrisas. Tú me guiabas por el camino de la cordura y yo por el de la locura. Nos complementábamos bien ¿Por qué tuviste que enfadarte? ¿Por qué aquel día? por tu culpa estoy aquí en una barrica, por tu culpa, todo esto es por tu culpa. ¿Qué estoy diciendo? Tú no tienes la culpa de mi mal carácter, lo siento, allá donde estés perdóname, quizá solo quise hacerme el valiente, demostrarte que podía seguir sin ti y mírame, estaba totalmente equivocado, ya no tiene sentido pero una vez más has ganado.

DÍA 14.- Los piratas... mi barrica... agua... amanecer... sonrisa... ¡Arriba las manos!... en el monte hay perdices... ¿Dónde estás amigo?... amigo... perdóname..."



La esponja no sabe qué cara poner después de leer la historia de la niña, últimamente tiene unos sueños de lo más raro. La tarta de chocolate sigue en la mesa, a veces, hay cosas que ni el chocolate puede arreglar.

.

No hay comentarios: