miércoles, 26 de enero de 2011

proyecto XII

- ¿Un día de la semana?
- El jueves
- Un número
- El 9
- Un color
- El rojo
- Un recuerdo
- El mar
- Un olor
- El olor del pelo
- Un músculo
- El biceps braquial
- ¿El biceps branquial?
- Braquial, he dicho el biceps braquial
- Aún así... en fin, ¿un gesto?
- Una media sonrisa
- Un animal
- La ballena azul
- ¿Un helado?
- Pistacho
- Un juego
- El ajedrez
- Una hora
- Las 5 de la mañana
- Un cuento
- Barba Azul
- Un refrán 
- El tiempo pone a cada uno en su lugar
- ¿Un coche?
- Un descapotable
- ¿Un descapotable? ¿Dónde vas con un descapotable?
- ¿Y dónde vas tú con tantas preguntas?
- A ningún sitio


Esa misma tarde, bastante después de la ronda de preguntas, el niño encuentra una hoja pegada en una ventana. Se acerca para tirarla pero una vez entre sus manos empieza a leer:

"Nueve años después aún recuerdo aquel jueves, cuando el mar se volvió rojo en aquel atardecer. Al cerrar los ojos aún percibo el olor de tu pelo, camomila. Te gustaba estudiar en la playa. Yo te acompañaba cada vez que podía, biceps braquial era lo que tocaba aquella tarde. Me miraste con tus ojos color pistacho mientras me dedicabas una media sonrisa, tu media sonrisa. Recuerdo que hice alguna broma con una ballena azul que te recordó a aquellas historias de piratas que solías leer. Me imaginabas como Barba Azul blandiendo mi espada de madera contra todo aquel que se atreviese a desafiar mis órdenes. Con una jarra de grog en la mano y un loro parlanchín en el hombro izquierdo. No dijiste nada de un parche en el ojo pero supongo que fue porque por aquel entonces todavía utilizaba gafas. Dejabas volar tu imaginación con cualquier cosa, por lo que tenía que recordarte que volvieras a estudiar, mientras yo me centraba en el momento, en perderme, en encontrarme, en encontrarte. A veces jugaba solo al ajedrez, siempre decías que aquello era muy complicado, como el mundo, como tú, como yo. Entonces era cuando oscurecía y te llevaba a casa. Aquel día te subiste en mi viejo R5 y me hiciste bajar todas las ventanillas. Cuando el aire revolvió tu pelo me dijiste que si alguna vez te subías a un descapotable pasarías de peinarte. Aquella noche se nos hizo tarde. Te fuiste cuando en mi reloj daban las 5 de la mañana. ¿Qué pasó después? La vida se complicó, se nos complicó. Nueve años después aquí estoy. No te busco, solo que hoy tu recuerdo vino a verme. El tiempo pone a cada uno en su lugar y mi lugar está aquí y el tuyo a saber dónde. Los recuerdos ya no me duelen, solo me hacen compañía en días como hoy y ¿sabes qué? Me encantó conocerte."

domingo, 23 de enero de 2011

A veces solo hace falta un poco de magia, solo eso

.

lunes, 10 de enero de 2011

proyecto XI

La niña que queria soñar hoy está muy pensativa. Mil preguntas rondan por su cabeza, llena de dudas, llena de historias y de sueños. El niño que por allí anda se acerca y la mira.

- ¿Alguna novedad? - pregunta
- Pues no se - responde la niña levantando los hombros
- Creí que estabas pensando en algo, se te veía concentrada
- Si, pensaba.

El niño la interroga con la mirada pero la niña parece que ha vuelto a sus pensamientos. Mira a la esponja amarilla pero esta prefiere no meterse en líos por ahora así que se encoge de hombros y sigue con sus cosas.

- El cromosoma X es como el pollo agridulce - dice de repente la niña

El niño que ya había vuelto a sus cosas abre los ojos de par en par y mira a la esponja amarilla con cara de susto y de no entender nada. La esponja le devuelve la mirada, ella tampoco entiende nada. El niño se acerca con curiosidad a la niña pero no sabe si es mejor preguntarle algo o quedarse cayado. Elige la segunda opción, hoy se siente prudente. Al cabo de un tiempo la niña descubre que el niño la mira.

- ¿Qué? - le pregunta
- Pues he creído escuchar algo del cromosoma X pero no me ha quedado muy claro que era
- Que el cromosoma X es como el pollo agridulce
- ¿Y eso? - pregunta con cara de no entender nada.
- Muy fácil. Es como cuando te dan una noticia muy buena y a la vez una muy mala.

La niña se gira y ve al niño y a la esponja amarilla mirándola fijamente, así que decide seguir hablando.

- Cuando te dan una noticia muy buena y una muy mala, por un lado te sientes extremadamente bien y por el otro como una mierda. El resultado de estos dos sentimientos no derivan en un sentimiento neutro, sino que hay zonas de uno mismo que se sienten llenas de alegría y hay zonas a las que les embarga la tristeza. Es como los gatos hembra. En las hembras de los gatos se ve claramente por el color de su pelo, que cromosoma X se ha desactivado, el de la madre o el del padre. Lo mismo ocurre con la felicidad en los momentos de emociones contrarias. En unas células se inactiva el gen de la felicidad y en otras no, por eso el sentimiento de ambas cosas a la vez no provoca un sentimiento neutral sino provoca una felicidad extrema y una tristeza extrema por zonas, según la zona en la que se inactive.

Las caras del niño y de la esponja a estas alturas de la conversación son un poema. Pero la niña está tan convencida de lo que está diciendo que se olvida de su audiencia y sigue hablando.

- Por eso, he llegado a la conclusión de que el cromosoma X es como el pollo agridulce, porque no provoca la felicidad ni la tristeza extrema, pero te deja una sensación tal que no sabes exactamente lo que sientes y a la vez lo sabes perfectamente.

La niña ha dejado de hablar hace un rato pero ni el niño ni la esponja han dicho ni una palabra, de hecho ni se han movido. Todavía están asimilando todo lo que ha dicho la niña. Esta vez sí que se ha pasado soñando, pero ninguno va a despertarla de su sueño. ¿Miedo a su reacción? No. Miedo a que sea verdad. Tal vez la vida no sea tan complicada, solo hay que saber combinarla con la salsa adecuada.

.